La esencia de todo ser humano es
servir a la sociedad, llegamos a este mundo para servir a las demás personas y
considero que solo podemos llegar a la verdadera felicidad, recibiendo la
gratificación de los demás de diferentes maneras, lo importante es que nazca
dentro de ti una verdadera voluntad de ayudar, crecer como persona, aceptar la
sociedad tal y como es, no odiarla y lo más importante, ser optimista por
buscar el sueño de un mundo sin pobreza.
Me arrepiento de no haber tenido el coraje de entrar a TECHO antes.
Si, conocía a la Fundación desde
hace varios años pero me faltaba la determinación para tomar ese gran paso de
acercarme un poco más y conocer TECHO. Estoy consciente de todo lo bueno que
aporta una fundación como esa a las personas que de verdad lo necesitan y así
mismo existe la necesidad de contar con personas que tengan influencia y
recomienden la Fundación para hacer crecer esa esperanza a las personas de poca
fe. Normalmente somos personas de mucha habla y poca acción, la juventud de mi
generación principalmente está orientada a ello; hablamos de las herramientas
pero no somos capaces de agarrarlas con las manos, alzarlas y demostrarle al
mundo que de verdad se puede alcanzar grandes cosas si nos unimos y exploramos
nuevas experiencias en lo desconocido. Nos detiene el temor a la soledad, a
quedar en el olvido, a lo que puede ser.
Un hogar agradable donde eres bienvenido.
En TECHO no solamente construimos
casas, también construimos sueños, esperanzas, motivación, alegrías, historias
y mucho cariño entre todos nosotros. Compartimos con las familias y estas nos
devuelven con gratificación todo el trabajo logrado. La inspiración nace sola,
pero solos no estamos ninguno de nosotros. Desde que llegué a TECHO la primera
vez, sentí un lugar pequeño pero acogedor, una familia con ansias de crecer, un
camino largo por recorrer y un sueño de día a día que se lucha por conseguir. Personas
que poseen un espíritu lleno de amor, ganas de compartir cosas con el mundo, y
arriesgar un fin de semana para brindar una casa más digna quien sea que las
necesite. Si quieres este tipo de inspiración en tu vida TECHO representa un
lugar al que puedes regresar, porque de seguro si vives tu experiencia ahí vas
a añorar, vas ponerte nostálgico y vas a querer regresar; los recuerdos asaltan
tu mente y te pondrás a reflexionar sobre todo lo que hiciste y el aporte
hiciste no a una familia sino a varias porque el trabajo en equipo se supera en
lo físico y lo espiritual.
El fin de semana más productivo de toda mi vida.
Durante todo el fin de semana,
especialmente el viernes en la noche que es el día del traslado al colegio
donde nos alojaríamos, estuve a la expectativa de todo lo que pudiese ocurrir,
donde cualquier detalle fuese bueno o malo definiría en gran medida el apreciación
de mi experiencia. Dentro del bus camino al colegio hicimos una presentación de
cada uno de los participantes para conocer un poco más de nosotros y así poder
llevarnos mejor, para ello el enfoque del contexto principalmente se basó en
los gustos y disgustos de cada quien. Luego de eso y lo que no podía faltar era
la presentación de las familias asignadas a cada cuadrilla con la que íbamos a
trabajar junto con un compartir alegre para terminar el día.
La hora de inicio del día es a
las 5:30 a.m. para desayunar y bañarse
de manera breve y unas que otras actividades de identificación de problemáticas
sociales donde cada quien aporta una posible solución que considere la más adecuada
y conveniente a la situación planteada.
Momentos de reflexión
Cabe mencionar que las casas que
construimos no están diseñadas para tener una experiencia previa en
construcción de casas ni ningún conocimiento avanzado en geografía o
asentamientos y que de igual manera estamos orientados por los jefes de
cuadrilla que nos guían y aconsejan a lo largo de las construcciones. Saber
manejar los tiempos de trabajo de cada miembro de la cuadrilla y tener la
libertad de expresar cuando está cansado es primario, para ello los jefes de
cuadrilla antes que todo deben demostrar confianza y seguridad, en mi caso lo
digo por el líder de cuadrilla que estuvo a mi cargo. En mis momentos de
descanso pude reflexionar sobre la importancia de lo que estaba haciendo, la
huella que estaba dejando, la emoción que sentía en ese momento, pero a la vez
la tristeza por saber que era poco lo que hacía siendo consciente de que aún
quedan muchas más personas por hacer cambiar y por hacer creer. Mi cuerpo
estaba totalmente adolorido pero el cuerpo me daba para más, las ganas eran
mayores a los estragos del sol. La dureza del suelo no podría nunca con mi actitud
penetrante. La nostalgia por saber que el segundo día de construcción terminaba
y dentro mi sabía que no quería que terminara, me consolaba diciendo que habrá
otra oportunidad y volveré a dar lo mejor de mi nuevamente, a compartir mi
actitud y regalar más sonrisas, a conocer nuevas personas y que otras me
conozcan.
Una experiencia inolvidable.
Gracias TECHO por abrirme tus
puertas y acogerme de la manera que lo hiciste. Espero seguir creando juntos
este camino a un mundo sin pobreza. Algunos creamos nuestro propio camino con
pasos, con palabras, con acciones o sentimientos pero tú combinas cada uno de
ellos al acoger tantos voluntarios en un solo lugar, en un solo barrio, en una
sola meta y eso es lo más maravilloso a lo que se puede llegar; reunir tantas
ambiciones, sueños, esperanzas, motivaciones y energías en un solo espacio
porque solo así se logra crear un mundo íntegro que rescate las cosas buenas de
cada ser.
El sol es nuestro enemigo pero el
cielo en todo su esplendor nos ilumina con las ganas de seguir brillando, un
mundo que espera que sigamos brillando más y más así no seamos estrellas,
persiguiendo nuestros sueños y lidiando con los problemas del día a día. Solo
vamos con un cosa en la cabeza y es la satisfacción de un trabajo bien hecho,
de un sueño cumplido y una fe restablecida.
Si quieres participar en las
construcciones masivas TECHO puedes unirte en: http://www.techo.org/colombia/participa/voluntario/
inscríbete y comienza hacer parte de esta gran historia que juntos podemos
comenzar a escribir.